Este innovador vino de color amarillo pajizo con ribetes ligeramente dorados, denota la evolución obtenida por sus cinco años de guarda. En nariz la primera impresión que entrega es de un bouquet suave, lleno de flores blancas de azahar y toques frutales. Es una cepa en la que destacan soberbios aromas a pomelo, nectarines y guayaba, que se complementan con los clásicos aromas a pan brioche tostado y bizcocho. En boca, posee una acidez refrescante, muy buen equilibrio y elegante final. La opulencia de este vino es calmada por su acidez vertiginosa y llena de energía que despierta los sentidos, lo que permite que sea más sedoso que cremoso.

En términos de composición suma dos cepas 50% de Pinot Noir y 50% de Chardonnay, resultado que lo hace una perfecta opción para maridar con mariscos y pescados frescos. Una excelente opción, es combinarlo con ostras, garvlax de salmón patagónico sobre un carpaccio de zetas aliñado con aceite de trufa blanca, o un caviar de salmón acompañado de tostadas de baguette.

Así, este nuevo espumante llega para sorprender con la fuerza de sus burbujas, pequeñas y elegantes que deslumbran con su espectacular brillo. Representa de forma excepcional el terroir del viñedo de Futrono en la Región Austral, un remoto rincón lleno de magia donde la familia Silva decidió hacer leyenda desde el año 2006, cuando se convirtió en la primera viña chilena en elaborar vinos de viñedos propios, con denominación de origen.

Se recomienda consumirlo entre los 5° y 7°.